Descubrid la parte antigua y nueva de Fez, que significa estar en un país musulmán durante el Ramadan y cómo es la capital de los Bereberes. Si no habéis leído la primera parte de mi diario de Marruecos, lo podéis leer aquí.
22 de julio de 2012
Fez
Descubriendo Fez
«Nos levantamos temprano esta mañana. El aire de la habitación es húmedo y cálido pero estamos emocionados y contentos de comenzar con nuestro proyecto. El día se presenta prometedor y cuidadosamente planificado. Hemos encontrado un guía oficia que nos ha enseñado todos los monumentos importantes de la ciudad. Y no sólo eso, sino que también nos ha dado una lección sobre la historia y la cultura marroquí. Todo incluido.
Empezamos a descubrir un mundo nuevo, totalmente diferente a todo lo que conocemos. Empezamos a conocer a la gente y sus costumbres. Estamos aprendiendo a ser pacientes y comprensivos. Estamos aprendiendo a no tener miedo cuando un burro pasa por una estrecha calle de la medina. Estamos aprendiendo a no mirar con incredulidad cuando vemos este mismo burro cargado con 10 tanques de gasolina. Esto es Marruecos y todo es posible aquí. Y todo tiene una buena pinta.»
23 de julio de 2012
Fez
En Ramadán
«Ayer fue una noche típica de Ramadán. Nuestro anfitrión viene y nos ofrece la comida.
-Es la hospitalidad marroquí,dice, no tenemos mucho, pero os ofrecemos lo que tenemos. Y, sobre todo, nunca os dejaremos mirarnos comer sin ofreceros nada.
La mesa es pequeña, pero no lo son los corazones de la gente que se sienta alrededor de ella. Hemos decidido comer con ellos. Un poco de pan marroquí, pescado frito con cuscús, sopa de tomate y un poco de fruta seca y, sobre todo, la hospitalidad marroquí , han reunido las personas de seis países diferentes esta noche. La risa, la charla amistosa y las sonrisas han llenado el pequeño hotel con vibraciones positivas. Otra experiencia perfecta, otra cosa que me acuerda por qué me gusta tanto viajar.»
24 de julio de 2012
Meknès
En la capital de los bereberes
«Cada momento que pasamos aquí está lleno de emoción y parece una nueva aventura.
-En la cultura bereber la mujer no puede mirar a la cara del hombre antes de casarse, nos explica un agradable vendedor.
Pero, por otro lado, lo que la mujer puede hacer es enviar un mensaje a través de la alfombra que teje para él. No hay dos alfombras iguales, nos dice, cada una tiene una combinación diferente de colores y adornos. Y cada una lleva un mensaje distinto, por supuesto.
-Entonces, estas alfombras son una especie de cartas bereberes de amor?, le pregunto.
Empieza a reír y, un poco confundido, responde con una mezcla de francés, español e italiano: Probablemente tienes razón mi amiga, podrían ser consideradas como una carta de amor bereber. Por ejemplo, esta alfombra dice que la mujer está buscando solo un trabajo, da igual si es independiente o vive con su familia. De otro lado, esta mujer está buscando un marido independiente. La tercera alfombra es de seda y muy decorada, lo que significa que la mujer está buscando un marido rico…
Al lado de las alfombras se ven unos collares preciosos.
-Te van a traer buena suerte, me dice el vendedor. Insiste que te compres uno, porque quiero que tengas buena suerte en la vida. Y, como eres mi amiga, te lo dejo por 200 dirhams. Eso no puedes rechazar.
-Que buen precio, mi amigo. Y tan típico marroquí.»
La última parte de mi viaje podéis leer aquí.