Cuando estés en Roma, haz como los romanos, es un proverbio que intento seguir durante todos mis viajes, y esta vez lo sigo literalmente. Cuando vengáis a Roma, no visitéis únicamente los monumentos más populares y no hagáis parte de esos turistas que van en grupos de un monumento al otro y, estoy convencida, no están para nada interesados en la historia de los monumentos y la historia detrás de cada uno de los edificios, y sólo van haciendo miles de fotos sin comprender realmente lo que están visitando.
Intentad buscar las calles más pequeñas, monumentos no tan famosos, tomad un café o comed una pizza en una cafetería local y una pizzería, y seguramente estaréis más cómodos que en un lugar lleno de turistas que llegaron allí porque Trip Advisor lo dijo. Hay que explorar, ser curioso, preguntar de que disfruta la gente local y eso seguramente os llevará a lugares mejores y más baratos que probablemente ofrecen un servicio mejor que los sitios turísticos.
La visita al Coliseo es obligatoria
No olvidéis de tirar una moneda a la fuente Di Trevi
Podéis probar el café italiano en una de las numerosas cafeterías
No hay nada mejor que un verdadero café italiano
Un restaurante típico italiano es el lugar ideal para degustar la cocina local
También podéis comprar un trozo de pizza para llevar
Podéis comprobar porque el helado italiano es el mejor del mundo
Aunque no parecen atractivas, de estas fuentes sale agua potable, lo que os ahorrará mucho dinero