París. La ciudad de la luz. La ciudad del amor. No hay nadie en este mundo quien no se ha enamorado en ella. O de ella. París es una ciudad increíble, tan hermosa y elegante que nos quita el aliento. Es tan rica en historia, museos, monumentos y parques que es muy difícil decidir por dónde empezar la visita. Por suerte, he estado en París muchas veces en mi vida pero tengo impresión de que existe algo que siempre me hace volver allí, explorar la ciudad desde un ángulo diferente cada vez y me sorprende siempre con algo nuevo.
Cuando visitéis París por la primera vez, os sorprenderán sus amplias avenidas y hermosa arquitectura. En mi opinión, la mejor manera de conocer París es visitando su símbolo-La Torre Eiffel, una torre de hierro de 324 metros de altura, construida por Gustave Eiffel para la Exposición Universal celebrada en París en 1889. Una gran cantidad de artistas de finales del siglo 19 estaban en contra de su construcción, ya que consideraban que una enorme estructura de hierro iba a destruir la imagen de París y arrojar una sombra sobre otros monumentos como Notre Dame, el Louvre, Arco del Triunfo… Efectivamente, cuando se compara la arquitectura de París desde el final del siglo 19 con esta torre de hierro sin carácter, se llega a comprender por qué era tan difícil imaginar que ella podría dominar sobre una ciudad tan elegante como París. Perro con el tiempo, la torre se ha convertido en uno de los símbolos de París y toda la Francia. Recomiendo subir hasta la cima de la torre, por escaleras o en ascensor porque las vistas son magníficas. La entrada para subir al segundo piso de la torre Eiffel cuesta 11 € y para la parte superior vale 17 €. Allí se puede llegar en la línea 8 de metro, la parada es la Escuela Militar, en metro línea 6, parada Bir Hakeim, y la mejor vista de la torre es desde Trocadero, desde el otro lado del río Sena.
La siguiente visita es sin duda al Arco de triunfo de la estrella, el segundo símbolo de París. Fue construido bajo la influencia del Arco de Tito, en honor a las victorias de Napoleón Bonaparte y está situado en el corazón de una plaza en forma de estrella, en la intersección de las grandes avenidas. Hay que subir a la terraza del arco de triunfo para disfrutar la vista panorámica de los Campos Elíseos. Aquí podéis visitar el museo para aprender más sobre la historia del arco. La mejor hora para visitarlo es a las 18:30 cuando la llama eterna del soldado desconocido se vuelve a reiniciar y las luces de los Campos Elíseos empiezan a brillar. Es fácil llegar hasta el arco con las líneas de metro 1,2,6, el nombre de la parada es Charles de Gaulle Étoile. La entrada a la parte superior del arco vale 9,5 €, y es gratis para niños.
Después de visitar El Arco, podréis pasear por los Campos Elíseos, ese enorme bulevar, lleno de gente, tiendas de diseño, hoteles de lujo y restaurantes, hasta llegar a la plaza de la Concordia que tiene un obelisco egipcio en su centro. Al otro lado de la calle encontraréis Jardín de las Tullerías, creado por Catalina de Médicis en 1564. En el siglo 13 esta zona fue ocupada por los talleres, llamados Tullerías, que hacían azulejos para techos de edificios. El jardín debe su nombre a ellos. Hoy está protegido por la UNESCO y está decorado con muchas estatuas de artistas y escultores famosos. En el extremo oeste del jardín se encuentra el museo L’Orangerie. Desde 1927, este museo ha mostrado la serie de cuadrod de los lirios de agua de Claude Monet y también la colección Walter-Guillaume de pinturas impresionistas.
Cuando terminéis la visita al jardín de las Tullerías, es obligatorio visitar el Museo del Louvre. Es uno de los museos más grandes y más famosos del mundo y está situado en el palacio del Louvre, entre la orilla derecha del río Sena y la calle Rivoli. El museo del Louvre muestra 35.000 de obras de arte divididos en ocho departamentos de conservación: Antigüedades de Egipto, Oriente Próximo, Antigüedades Griegas, Etruscas y Romanas, Arte Islámico, Escultura, Artes decorativas, Pinturas, Grabados y Dibujos. La Mona Lisa, Venecia de Milo, La Libertad guiando al pueblo y el Código de Hammurabi son sólo algunas de ellas. El Louvre es considerado el segundo museo más visitado del mundo. Tenéis que planificar bien vuestra visita al Louvre ya que es tan grande que será difícil visitar todo en un solo día. La entrada cuesta 15 €.
Hasta ahora hemos descubierto solo algunos de los monumentos de París, pero hay muchos más: Jardín de Luxemburgo, el Barrio Latino, la Sorbona, el Panteón, Notre Dame, Montmartre y muchos sitios más. Pero no olvidéis que París no son sólo los monumentos, también hay que vivirla a través de su comida y vino, largos paseos por el Sena, su música y su gente. No tengáis miedo de explorar, escuchar, observar, pasear por las calles, degustar la comida, porque esta es la única manera de conocer realmente a esta ciudad única.