2 de septiembre de 2016 Imerovigli -Sabes, he pedido un deseo, le he dicho. He deseado que este momento dure para siempre, que nos perdamos en el tiempo y nos quedemos atrapados en este sitio tan perfecto, como dos pasajeros desconocidos en una postal. No me ha respondido, solo se ha acercado más hacía la valla de la terraza en la que estábamos sentados, encantado con el color azul del cielo y del mar. -Crees que volveremos aquí alguna vez? Le he preguntado. -Claro, me ha respondido. Un día, cuando tengamos 60 años, vamos a alquilar una habitación en…